Beber liquido de manera regular durante el día es sumamente importante para todos, tanto para adultos como para niños, pero en el caso de los más pequeños estos requieren del control de sus padres para poder mantenerse hidratados y en condiciones optimas de salud. La hidratación se vuelve aún más fundamental durante los meses de calor ya que en virtud de las altas temperaturas que se transitan diariamente es mucho más fácil perder líquidos corporales a través de la transpiración y recuperarlos es importante. En el artículo de hoy hablaremos de la importancia de la hidratación en los bebés y cómo lograr que su cuerpo tenga todos los líquidos que necesita.
Evitando la deshidratación de los bebés
El agua es un elemento esencial para la vida: los humanos podemos sobrevivir varios días sin alimento en nuestro organismo, pero no sin agua en el cuerpo. Este nutriente es un pilar fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, por lo que mantenerlos correctamente hidratados sobre todo en verano debe ser una prioridad para cualquier familia que desea ver a sus hijos sanos.
Cuando hablamos de deshidratación hacemos referencia a la pérdida excesiva de agua en el cuerpo que además genera perdida de las sales minerales que debe tener el organismo para estar en óptimas condiciones. En el caso de los bebés son muchas las causas que pueden generar una deshidratación desde días de intenso calor hasta una gastroenteritis. Durante los meses de lactancia la mayor parte de la ingesta de líquido se produce a través de la leche materna y no hace falta incorporar agua en la rutina del niño, algo que sí se debe hacer una vez que el pequeño ha comenzado a comer sólidos.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la deshidratación en los bebés? Veamos a continuación los signos a los que debemos estar alertas siempre especialmente en verano:
- Cuando un bebé está deshidratado y no cuenta con suficiente líquido en su organismo, se lo podrá ver llorar sin lágrimas.
- El decaimiento y la falta de energía e incluso el letargo es algo frecuente en casos de deshidratación. Por otro lado se podrá notar un humor más irritable y llanto constante.
- Un niño deshidratado producirá una menor cantidad de orina. Otro signo que puede estar hablándonos de deshidratación será un pis escaso pero que además tenga fuerte olor y un color amarillento intenso.
- En cuanto a las deposiciones del niño, cuando esté deshidratado podremos observar que las mismas son secas y duras, más escasas que de costumbre.
Ante cualquiera de estos síntomas es importante que acudamos cuanto antes al pediatra y que por supuesto nos aseguremos de proveerle los líquidos que necesita al bebé. Cuando los niños ya han comenzado a incorporar sólidos en su dieta podemos darles agua en vaso o incluso sumar líquidos a su dieta a través de frutas y jugos naturales.