sobreestimular a los niños

La estimulación en las edades tempranas de una persona es algo muy beneficioso y que todo padre que aboga por la salud física y mental de su pequeño seguramente implementará en su crianza: de todas maneras, debemos tener especial cuidado con estas prácticas ya que llevarlas a un caso extremo podría resultar extremadamente perjudicial para nuestros hijos e incluso provocar una serie de trastornos psicológicos.
En muchas ocasiones por el afán de darles a nuestros hijos la mejor educación y ayudarlos a crecer eficientemente y de manera saludable terminamos siendo muy exigentes y llevamos la estimulación de los pequeños a un plano peligroso y perjudicial. La sobrestimulación sucede cuando no dejamos que los niños crezcan a su propio ritmo y vayan haciendo las cosas que deben hacer según la etapa en la que se encuentran.

Los peligros de sobreestimular a nuestros pequeños

Como mencionamos en el párrafo anterior, hablamos de sobrestimulación cuando no dejamos que los niños lleven adelante el proceso de crecimiento y de aprendizaje a su propio ritmo: no respetamos sus tiempos, sus necesidades y sus preferencias, ni siquiera les permitimos tener sus tiempos de descanso cuando ellos lo deseen y terminamos cargando a estos pequeños con estímulos que solo terminan por perjudicar su desarrollo.
Como se imaginarán, el cerebro de estos niños sobre estimulados se encuentra totalmente cargado y termina por comenzar a dar señales de que algo no está del todo bien. ¿Cuándo estamos sobre estimulando a los pequeños? Estas son algunas de las situaciones más frecuentes:

• No le damos el tiempo suficiente al niño para que descanse.
• Obligamos al pequeño a hacer la misma actividad durante mucho tiempo.
• Regañamos o maltratamos al niño cuando no hace lo que nosotros queremos.
• Fuerza al pequeño a escuchar determinada música estimulante durante muchas horas seguidas.
• Le ofrece solo programas de estimulación temprana en la tv y no lo deja ver lo que desea.

Si bien puede sonar bastante duro, lamentablemente a veces caemos en estas conductas peligrosas sin darnos cuenta y pensando solo en el bienestar y en el crecimiento positivo de nuestro pequeño. Los chicos sobre estimulados suelen presentar en la mayoría de los casos ciertos trastornos que, si bien pueden ser reversibles, complican su desarrollo normal en el momento:

• Problemas de atención.
• A los niños sobre estimulados les cuesta lograr la concentración y aprender cosas nuevas.
• Cuentan con demasiada información para la que no están preparados, lo que puede llevar a que se confundan fácilmente.

Para evitar la sobrestimulación, lo principal es respetar los tiempos naturales del niño: cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje y de incorporación
de nuevas habilidades, y ningún pequeño es mejor o peor que otro por comprender las cosas más o menos rápido. Por otro lado, conocer a nuestro hijo y saber cuáles son las cosas que le interesan y en donde debemos hacer el hincapié también es importante. Nadie puede tener una infancia agradable si se le obliga a realizar actividades que no disfruta o para las cuales no tiene las aptitudes necesarias.